Camino Francés 2017 · 2ª jornada · AMANECER compartido.

Segunda jornada cumplida!

No diré eso de ”hoy ha sido un paseo” ya que podría, de manera involuntaria, ofender a otros compañeros de sendero… pero, al menos para mí, hoy ha sido un día muy llevadero…

Todo empezaba muy temprano, más que de costumbre. Si ya de por sí mi despertador vibra a diario a las 05:45, ayer cuando me dejaba caer en la litera, una vez dentro del saco, viendo la rigurosidad horaria aplicada en el albergue y teniendo en cuenta el gentío que lo poblábamos, opte por adelantar 15 minutos la diaria vibración matutina.

Solo para poner en situación, por aquello de que no todo el mundo ha podido “disfrutar” de lo que es dormir multitudinariamente acompañados bajo el mismo techo y entre cuatro paredes… LI-TE-RAL, eh!!! Sin exageraciones… Mirad, la primera noche, en el Albergue Municipal de Logroño, dormimos 88 peregrinos, vamos que se colgó el cartel de “no hay billetes” o “Completo”, eso sí, se trataba de un albergue de 3 plantas; en la planta baja el recibidor, patio, lavadero y cuarto de palos y botas. En la primera una habitación con 48 camas dispuestas en 24 literas, la cocina/comedor y el aseo/duchas femenino. En la segunda una habitación similar a la de la primera planta pero con capacidad para 24 peregrinos en 12 literas, aseo/duchas masculinas y una habitación más pequeña con 8 literas…. Como casi todo en la vida, según con que lo compares, igual salía hasta bien parado… TAL CUAL!!! Así fue una vez que descubrimos lo que nos aguardaba la segunda noche… el Parador de Nájera, digo, perdón, el albergue municipal de Nájera… ya despuntaba maneras antes de entrar… los que por suerte o por desgracia hicimos en su día aquello de la mili sabemos identificar desde fuera lo que es un barracón… pues este albergue, lo mires por donde lo mires, es en toda regla y en todos los aspectos una aspiración a ello, pero fracasada…!

La capacidad del albergue es de 96 peregrinos… se vendió todo el papel, “llenamos”! la distribución es sencillamente sencilla… 3 filas de literas en una nave alargada, una en la pared derecha otra en la izquierda y la tercera en el centro, 16 literas en cada fila… 32 peregrinos en cada fila, cada uno con sus bártulos y mochila a los pies del catre, con su saco de dormir dispuesto sobre este y cada uno de su padre, de su madre, de su pueblo, país y continente, con sus dolencias, achaques y mermas provocadas por el Camino, pero todos agradeciendo tener ese espacio para descansar y recuperar fuerzas para el día siguiente… incluso agradeciendo tener “un horario…”

En el Albergue de Peregrinos Municipal de Nájera hay un horario. Horario que se lleva a rajatabla, se apagan las luces a las 22:00 en punto, nada de segundo arriba o abajo, y se guarda riguroso silencio, (verbal obviamente, no se hace referencia a fuertes respiraciones y/o ronquidos, así como otros sonidos guturales indeterminados). Del mismo modo se anuncia que la hora “universal” de despertar será las 6 de la mañana… viendo el panorama, teniendo en cuenta que había un completo, que aproximadamente seriamos unos 65-70 hombres (el resto mujeres), lo “especialito que soy yo con eso de necesitar darme una duchita todas las mañanas para además poder activarme… y viendo que el aseo/ducha se limitaba a 2 retretes y 2 duchas… era motivo suficiente para adelantar el despertador al menos 15 minutos…

Como habrá sido que abrí el ojo a las 04:39 y no volví a dormir, aguante en el saco hasta las 05:15 que decidí ducharme el primero, aviarme y volver a la litera para ir recogiendo mientras la rubia replicaba actos y estar ambos dispuestos para abandonar la camareta, justo cuando el hospitalero entraba en la sala con una Tablet haciendo sonar el Ave María a modo de despertador y encendía los fluorescentes del barracón… sin duda un momento imborrable, pero desgraciadamente lo único destacable de este albergue.

A las 06:22 salíamos de allí y nos dirigíamos a tomar el café de rigor y a ejecutar la decisión tomada la tarde anterior; allanar en lo posible el resto del Camino de Marian, entregando su mochila para que la portasen hasta el siguiente albergue, de este modo podrá caminar y padecer el Camino con muchas opciones de llegar cansada e incluso agotada, pero viva, sana y sin lesiones. Comenzamos a caminar a las 6:55. Enseguida y tras una pequeña ascensión por las calles salíamos de Nájera y en plena oscuridad seguíamos un sendero tenuemente iluminado por la luna en cuarto menguante, teniéndonos que ayudar de la linterna para poder seguir las flechas e indicaciones del camino. La noche era fresca, muy agradable, sensación térmica de unos 6 grados, con cierta humedad, idílica para caminar en ascenso y a buen ritmo. Poco a poco la oscuridad iba doblegando al tiempo que la vista alcanzaba un metro más allá, el horizonte empezaba a dibujar perfiles y el leve trinar de algún pajarillo se dejaba escuchar…Marian y yo, ambos nos emocionábamos siendo conscientes de lo que estábamos presenciando, viviendo, sintiendo… eso que en mi anterior Camino le relaté, la cautivó y uno de los motivos por los que se embarcó en esta bendita locura… estábamos presenciando el amanecer en el medio de la nada, sin contaminación lumínica ni acústica… algo que por mucho que quieras plasmar no se puede conseguir en fotos ni vídeos… algo que solo se puede apreciar in situ… indescriptible!

 

 

Paso a paso, foto a foto, el día iba ganando terreno al tiempo que nosotros nos acercábamos al destino. La temperatura, muy agradable, por debajo de los 15º hasta bien entrada la mañana. El paisaje cambiaba e iba dejando viñedos atrás al tiempo que despedíamos La Rioja y la senda nos introducía en los típicos campos de Castilla… Yermos, rasos y desabrigados. Aprovechamos la coronación de una leve elevación del camino para hacer un alto, eran poco más de las 10 y una hora maravillosa para tirar de cheira! Tocaba dar cuenta del jamón, el salchichón, un trozo de pan y, esta vez sí, regarlo con un trago de vino… ayer compramos una botella de Rioja, por eso de despedir la tierra como corresponde… mañana, quizá, debamos comprar una de Ribera, por ir al compás del Camino, no?

 

 

A las 12:15 entrabamos por la calle Mayor de Santo Domingo de la Calzada, enseguida tropezábamos con el Albergue, un 5 estrellas comparado con lo de ayer, aprovechábamos las fantásticas instalaciones para darnos una maravillosa ducha y después ir a comernos un menú del Peregrino…. Rico, rico, rico y con fundamento.

Y mañana? Pues mañana será otro día, habrá que salir a caminar y así tener andanzas que contar… mañana más!

Buen Camino