Camino Francés 2017 · 1ª Jornada · ¡Inicio de ORGADO! 29 Km

Pues aquí estamos ya, en Nájera! Primera jornada cumplida ????

Cerrábamos por fuera la puerta del Albergue de Peregrinos de Logroño a las 06:47, aún era noche cerrada. Nájera era nuestro destino final de hoy, nos separaban 29 Km, pero primero teníamos un destino mucho más cercano, a poco más de cinco minutos, un destino de nombre sugerente… TOSTADOR! Una cafetería que habíamos echado el ojo la tarde anterior tras haber sido recomendado por la hospitalera del albergue, una voluntaria mañica, de Zaragoza, que poco faltará para que cumpla los 58, o poco hará que los cumplió… apasionada del Camino, que quince días al año abandona su entorno diario para atender desinteresadamente a los peregrinos en el Albergue… cosas que tiene y desvela el Camino… Bueno, pues que íbamos de cabeza al Tostador a desayunar algo, en el Albergue no se ofrecía café ni nada parecido y únicamente habíamos echado al buche un vaso de agua con el zumo de medio limón; las cosas de Lady Marian… al parecer es un brebaje muy “detox” y ya que estamos, pues vamos a darle una limpiadita al riñón…

Tras un desayunito de café con leche y tostada de mantequilla con mermelada, en el caso de Marian y en el mío un cortadito y una tostada con aceite y tomate, que bien podía haber pasado por un trampantojo de chuletón de buey (pedazo de tostada, virgen santa!!!), emprendíamos camino dirección Nájera. La temperatura que mostraba el reloj de una farmacia nos ponía en aviso de lo que podía ser la jornada… 16º, en Octubre, en Logroño y a las 07:25, era señal de que iba a ser un día de calor. Tan solo el relente y la humedad que acompaña al amanecer nos hacían sentir una agradable sensación de fresquito. Los primeros rayos de sol hacían aparición a nuestra espalda a las 08:36, coincidiendo con la primera ardilla roja que salía a nuestro encuentro… literal! La había visto y anunciado de su presencia a Marían, que al principio le costaba distinguirla. Según nos paramos frente al árbol, bajaba por el tronco para dirigirse hacia nosotros y llevarse un premio. Casualidades de la vida, cuando aún andábamos por las calles de Logroño , en una vía principal, flaqueada por castaños imponentes y regada de orondas y brillantes castañas, me agache para recoger una y que casi de manera inconsciente llevaba en la palma de la mano, masajeándola con los dedos, como si la estuviese sacando aún más lustre… como si de un trofeo se tratase… y se trató! Fue Premio para la simpática ardilla. Más adelante tuvimos dos encuentros similares, la tercera se llevó como premio una almendra, de las que llevo como avituallamiento express, que no tuvo reparo en recoger de la palma de la mano tras olisquearla con ese hociquillo inquieto.

La salida de Logroño se hace por un parque, casi natural, que va introduciendo al peregrino sutilmente en la naturaleza, primero un bosque de pinos y posteriormente en campos de viñedos a ambos lados del sendero. A las 9:20 nos orillábamos levemente para hacer un alto y quitarnos una de las dos “paginas” que llevábamos… sobraba la chaqueta! Y no eran ni las 10!!! A las 10:30, tras atravesar Navarrete, único pueblo que media hoy entre la población de salida y la de destino, hacíamos la primera parada oficial: hora del almuerzo. Un par de buenas rodajas de salchichón, equivalente a 4€ por rodaja… ojo! ojo! ojo!!! No en precio, sino en ancho a la similitud de dos monedas juntas de 2€, eh! Caro sería el salchichón!!! De eso nada que vamos en plan austero… 1,98€ me costó ayer en el Mercadona de Logroño. Pues eso, un poco de salchichón y unos tacos de jamón, sacados de una buena loncha comprada a propósito en el mismo sitio, con un trozo de pan, nos servían para llenar un poco el depósito, lastima de botella de vino para ayudar a bajarlo… Reanudábamos rutina con el buche satisfecho y una calorina cada vez más acuciante, que ya no nos abandonaría en todo el trayecto.

 

 

La jornada se ha hecho dura, posiblemente por ser la primera, por la temperatura y principalmente por la distancia, casi 30 km hasta llegar al albergue. Cada uno tenemos nuestro punto kilométrico de sufrimiento, el mío, de manera habitual está a partir de los 25, mi compañera posiblemente lo tenga poco antes de los 20, con lo cual, si para mi estaba siendo duro, para ella lo era aún más… el ritmo, compas y baile de movimientos que se hacen al caminar se iba destartalando poco a poco, kilómetro a kilómetro desde poco después de una parada que hicimos sobre las 12:30, momento en el que aprovechó para sacar a relucir su perfil más influencer y deleitar a sus fieles #Marianers… aproximadamente desde las 13:00 ha sido un sufrimiento, el calor, el peso de la mochila y los kilómetros incidían en sus pies, hombros, cadera e incluso en la mente, donde menos duele pero más afecta… denotaba necesidad de llegar. A lo que estimábamos era una hora del destino paramos para hacer cambio de calzado, esto le ayudaría a sobrellevar una molestia que empezó como pequeña y se fue agudizando según pasaban las horas… para colmo de males del primer día, andábamos faltos de agua! La ausencia de poblaciones a lo largo del camino y que la única fuente está a escasos 2 km de entrar a la población de destino, nos había hecho tener que racionar los 2 litros de agua con los que partimos de Logroño.

 

 

 

Por fin! a las 14:45 avistábamos el Alberge Municipal de Nágera! Lugar ampliamente capacitado para duras curas de humildad… pero un vergel para el Peregrino!

 

 

Y mañana? Mañana más! Si Dios quiere y el cuerpo lo permite.

Buen Camino