Camino Francés 2016 · 1ª jornada · ¡VOLVER A VER AMANECER!

Saint Jean Pied de Port – Roncesvalles (15 de diciembre 2016)

Suelo y me gusta, en general, dar las gracias. Independiente del dicho, «es de bien nacidos ser agradecido», aunque yo me lo considero, bien nacido (digo). De verdad que no es presuntuosidad… sin ser de «buena cuna», obtuve la mejor educación, la que me dio mi madre, Maudilla, Maudi para los allegados y conocidos, quien, desde bien pequeño me enseñó a eso, a dar las gracias! …entre otras cosas.

Pues eso, yo hoy doy gracias! gracias por volver a ver amanecer!

Quizá, simplemente deberíamos dar gracias por amanecer, por poder volver a disfrutar de un nuevo día, pero es algo que obviamente en la rutina diaria no se valora, yo al menos no lo hago, pero intentaré, cuando este sumido en la rutina, corregirlo, de verdad… (a ver lo que me dura).

Muchos ya sabéis que soy un «evangelizador» (que dicen ahora los modernos), un defensor a ultranza (que se ha dicho siempre), de los amaneceres. Para mi están sobre valoradas las puestas de sol… mucho postureo de playita, jajajaja! No os ofendáis ninguno, por favor, que yo también he hecho fotitos molonas . Pero un amanecer es otra historia… y si es en pleno Pirineo, creedme que ya es «la repanocha», perdón, quería decir ????????????.

Esta mañana comencé a andar a las 6:41, noche cerrada, con buena visibilidad, sin niebla, muy buena luna. Fresquito, no sabría concretar la temperatura pero por encima de cero, unos 3, 4 o 5 grados. Por carretera. Haberlo hecho por camino hubiese sido una imprudencia. Una temeridad! Inicialmente me acompañaba únicamente el sonido de la noche, ese falso silencio. Ya metido en carretera, a medida que me alejaba de Sant Jean, el sonido inicial iba incorporando novedades, algún búho o lechuza (no llego a tanto), el correr de un río que en principio me acompañaba por la derecha, de vez en cuando se empezaba a escuchar algún coche o camión, que al poco se evidenciaba por sus luces a lo lejos… los sonidos eran, sonidos de la noche.

 

 

Poco a poco, la luna iba cayendo por mi derecha hacia la montaña que ella misma perfilaba, mientras, por mi izquierda, los tonos oscuros se iban tornando en azules oscuros (seguro que tienen nombre, alguna que yo me sé, diría azul petróleo, o azul aguamarina) y estos tonos oscuros, cada equis pasos se iban aclarando al tiempo que la luna se empezaba a difuminar por las copas de los árboles de la montaña de la derecha, la luz, el resplandor de la potente luna dejaba paso a los azules… al continuo sonido del agua, roto puntualmente por el muy escaso tráfico, se le iban incorporando el trinar de distintos pajarillos, bueno y algún pajarraco… estaba presenciando el amanecer en un entorno maravilloso, en los pirineos!!!! Como no le voy a dar gracias por ello??? Una verdadera pasada, una verdadera experiencia! Por lo menos para mí

 

A las 9:15 llegue a Valcarlos. Desayuné medio bocata de chistorra, ¡¡¡con agua!!! Nada de cervecitas!!! Que vamos en modo peregrino ????. Esa chistorra que se unió un par de kilómetros más adelante como compañera inseparable durante algo más de una hora,… eso me pasa por no pedir la cerveza o un vinito… si es que no puede ser…

 

 

En fin, la etapa ha sido muy dura. Por distancia y por desnivel! Pero podría haber sido muchísimo peor. Por suerte el tiempo me ha acompañado, ha sido un día despejado, solo apareció alguna nube cuando estaba a unos 5 o 6 Km de Roncesvalles, sin lluvia, sin niebla y sin viento, solo ha soplado, con mucha fuerza en el alto de la Ibañeta y luego, más moderado, los últimos dos kilómetros, hasta llegar aquí.

 

Roncesvalles me esperaba con un maravilloso menú del peregrino, compuesto por una crema de verduras bien calentita (y rica, rica), unas alitas de pollo con patatas fritas (las he comido mejores, ambas) un vaso de vino tinto con gaseosa (poca gaseosa) y un café solo que me ha sabido a gloria!

 

 

Ahora, tras una ducha calentita y cuidarme un poco los neumáticos (pies), me he sentado en la salita de estar del albergue a recargar todos los «achiperres» (los lets, el móvil, la batería externa, la tablet), he contestado algún mail (personal, por supuesto! Cuidado, que la duda en esto si ofende) y a disfrutar un rato redactando mi experiencia del día de hoy mientras echaba alguna sonrisa y se escapaba alguna lagrimilla… por cierto, si has llegado hasta aquí leyendo… gracias! (Es lo que tiene ser «bien nacido»).

 

 

Mañana, posiblemente, más.

 

Buen Camino!