Camino Portugués 2018 • El 5º Camino · Prólogo

Emulando a Fray Luis de León… “Como decíamos ayer…”

Pues no, no era ayer, pero casualidades y circunstancias de la vida… ¡¡¡casi!!!, solo que con un año de diferencia.

El último post del Camino del año pasado lo hacía un 15 de octubre desde el hospital de Alcalá de Henares. Por desgracia el día anterior habían ingresado a mi madre y teníamos que suspender el Camino en Belorado, provincia de Burgos, cuando solo habíamos caminado tres días, estando aún muy lejos del destino fijado, León, y sin haber llegado siquiera a Burgos capital.

Aquel día finalizaba escribiendo que había tres cosas que tenía claras; que volveríamos al Camino, que lo retomaríamos en Belorado y que madre no hay más que una… la confirmación o respuesta a aquello llega hoy y no es otra que: SÍ (pero por los pelos) NO, y SÍ!

SÍ, volvemos al Camino, pero ha costado. Casi se trunca. Volvemos, pero seis días más tarde de lo programado.

NO, no lo retomamos donde lo dejamos, Belorado, como era mi intención entonces.

Y ¡SÍ!, madre no hay más que una! El epicentro de todo…

Me explico:

Este Camino lo teníamos planificado desde hace meses. Allá por Semana Santa le plantee a Marian la posibilidad de hacerlo en las mismas fechas del año anterior, empezado a  andar el 12 de octubre, día del Pilar, para aprovechar el puente y que así nos cundiesen más los días de vacaciones. Le pareció perfecto. No puso ninguna objeción a las fechas, se las reservo para exponerlas cuando hablásemos del recorrido… Mi intención era retomarlo en el mismo punto para continuar con el Camino Francés y llegar al menos hasta León o incluso a Astorga, de este modo yo habría cubierto la totalidad de este trayecto aunque en distintos años; Saint Jean a Logroño en 2016, Logroño a Belorado en 2017, Belorado a Astorga en 2018 y Astorga a Santiago en 2009. Cosas mías… ya que no puedo hacerlo del tirón, que es lo que realmente me gustaría pero no puedo por no disponer de 30 o 32 días seguidos para ello, pues al menos lo habré cubierto de ese modo. Marian me dijo que Camino sí, pero que no se encontraba preparada física ni psicológicamente para atravesar los campos de Castilla… en los que además de jornadas muy largas, de muchos kilómetros diarios a la intemperie, sin abrigo posible, con grandes distancias de pueblo a pueblo, el paisaje que se recorre es monótono, lineal, sin grandes atractivos más que los que uno quiera encontrar o imaginar cual Quijote… ella lo resumió y me lo vendió perfectamente lanzándome un envite fácil de ver; .-¿no podemos hacer otro recorrido más bonito?, por ejemplo por Galicia, Asturias, Cantabria, no sé… busca otro recorrido, ¿vale? y nos vamos en esas fechas.- en 48 horas tenía en su bandeja de entrada un Excel con una propuesta irrechazable… un tramo del Camino Portugués, ¡Tui a Santiago! y como guinda del pastel, ¡Santiago a Finisterre!

 

 

El plan orquestado era sencillo. El jueves 11 viajaríamos a Vigo, de allí a Tui y el viernes 12 empezaríamos a caminar desde Tui a O Porriño y así, día a día, llegaríamos a Santiago el miércoles 17 y el 22 o 23 a Finisterre… pero, no contábamos con “Los imprevistos… “ exactamente con el mismo imprevisto que el año anterior, El Epicentro! Ese binomio que ya me da que pensar sino estará conjurado en mi contra… Camino y Maudi (mi pasión y mi madre). Hoy es 17 y no llegamos a Santiago, sino que llegaremos a Vigo… y sin haber dado un paso.

El martes 9 estando inmerso por trabajo en un evento, un básico de Melendi para ser más exactos, recibí la fatídica llamada de mi hijo… .-“papá, ¿puedes hablar?, no te asustes, estamos en el hospital con la abuelita…”-. la historia volvía a repetirse, esta vez por suerte no teníamos que volvernos del Camino a toda prisa, esta vez no hacía falta ni que partiésemos. En esta ocasión mi madre entraba en urgencias por un enfriamiento mal curado; ella es así y con un resfriado no va al médico, da igual su insuficiencia respiratoria o al límite, no importan el resto de sus dolencias crónicas ni que sea portadora de marcapasos desde hace escasamente seis meses,.. de nada sirve decirle ni su hermana, ni su nieto, nuera o hijo que vaya al médico… ella lo tiene claro, ¿para qué va a ir al si la va a recetar paracetamol? Pues eso, que el martes a la una de la mañana ingresaba en planta con una infección severa de vías altas, algo parecido a una pulmonía, que con sus achaques y dolencias perpetuas, había que atajar con urgencia o podría derivar en complicaciones mucho más serias… vamos lo que viene siendo un .-a tomar por culo Camino de Santiago, otra vez-.

De verdad que manda cojones (perdonad las expresiones pero no encuentro nada que lo defina mejor)… te pasas más de medio año disfrutando mientras diseñas las jornadas, buscas y reservas alojamientos, los trayectos y desplazamientos hasta el punto de partida, y en esa llamada fatídica, todo se va al traste… Cierto es que por delante de todo está la salud de mi madre, pero es tan jodidamente injusta esa puñetera ley de Murphy. Por suerte tras una semana de hospital, mi madre está perfectamente y por eso escribo y hago chanza mientras viajo a Vigo. La tensión, saturación de oxígeno en sangre, temperatura corporal, glucosa, etc… están mejor que nunca, está como un reloj suizo… sinceramente mejor que dos o tres días antes de ingresar, por eso me voy, y porque se queda en casa de Marisa, su hermana pequeña, con ella y con mis primos que sé que la van a tener entre algodones y vigilada constantemente mientras Marian y yo podemos disfrutar de nuestras vacaciones, del Camino, pero sobre todo descomprimir, desconectar, regenerar y cargar de energía, positiva por supuesto, para afrontar todo lo que nos vaya llegando durante los próximos meses… este año que queda atrás ha sido especialmente difícil… ha habido de todo, pero especialmente dolor, también superación, y sobre todo una gran pérdida, se fue una amiga incondicional, una amiga inolvidable, alguien que siempre me acompaño en la distancia y disfrutó conmigo los caminos… está vez será igual, lo haremos juntos en la distancia con la única diferencia de que no chatearemos por whatsapp, pero tú, Concha, caminaras junto a nosotros… hasta Santiago, y más allá!