Camino PRIMITIVO 4ª jornada

Tineo – Borres

Jornada corta y de transición la de hoy. Han sido únicamente 16 Km divididos en dos tramos bien diferenciados, los primeros diez u once por senderos en plena naturaleza, de los cuales la primera  mitad en ascenso y posteriormente en bajada hasta alcanzar la primera población, Villaluz, sin ningún servicio, por lo que la opción de café, desayuno o almuerzo, para quien lo requiera se entiende hasta Campiello, en el kilómetro trece, a solo tres del destino de hoy… al menos para mi.

Hoy, al ser una jornada tan corta, muchos peregrinos optan por avanzar para hacer noche en alguna de las opciones disponibles, bien a dos kilómetros, en Samblismo, o tres más allá de esta, en Colinas de arriba, o  ya en Pola de Allende, a siete de esta última y doce de Borres, donde yo haré noche. 

¿Por qué una jornada tan corta teniendo distintas opciones a poca distancia?

Pues porque cualquiera de las alternativas desde Borres a Pola de Allende me obligaría a coronar mañana El Puerto de Palos desde la Pola sin atravesar la montaña por la zona de Hospitales, es decir, mi opción es subir mañana a la montaña partiendo de Borres para pasar por la Ermita de San Pascual y las ruinas de lo que siglos a atrás fueron los Hospitales de peregrinos, primero el de Paradiella, después el de Fonfaraón y por último el de Valparaiso, antes de alcanzar el puerto de La Mata y Posteriormente El Puerto de Palos, punto en el que confluyen ambos itinerarios, el que lleva por los pueblos antes mencionados y Pola de Allende ,y el que llega directamente desde Borres y que mañana espero poder disfrutar ya que las condiciones meteorológicas no son adversas… En invierno, o con niebla, esta alternativa está cerrada, siendo obligado el paso por Pola para llegar al Puerto de Palos. Desde allí faltarán solo nueve kilómetros hasta el destino de mañana, Berducedo.

Hoy. salía de Tineo a las siete de la mañana, desde la plaza del pueblo, donde estaba el albergue privado La Plaza, en el que he pasado noche… y digo bien, pasado noche, que no durmiendo.

Ayer había quedado con Anna e Ivanka que hoy nos encontraríamos a primera hora, las siete, en la plaza para partir a la ver y recorrer juntos la primera subida mientras fuese aún de noche. Así lo hemos hecho. Hemos subido con el apoyo de los leds frontales y de la linterna, hoy más ligeros que ayer ya que ambas habían entregado las mochilas al servicio de traslado de equipaje, pues llevan un par de días con sobre carga en y molestias en espalda y hombros. 

Eramos sabedores de que saliendo siendo aún noche completamente cerrada nos perdíamos lo que seguro eran una preciosas vistas de Tineo desde la falda de la montaña, pero es algo que en la balanza de hoy pesaba menos que el calor que hace cuando el sol gana altura y, sobre todo, en mi caso, garantizarme cama en el albergue municipal de Borres, con capacidad para solo diecinueve peregrinos. La otra, y única alternativa, el albergue privado La Montera, ayer ya estaba completo… o cama en el municipal de Borres, o renunciar a subir por el tramo de Hospitales y hacerlo por Pola de Allende. De ahí que hoy saliera tan pronto aún siento tan corta la jornada.

Como es normal, he llegado prontísimo!!!! A las 10:20 estaba a la puerta de El Barín de Borres, donde uno debe registrarse para poder dormir en el albergue. Además, el registro se hace en persona, no “vale” eso de que un peregrino registre a otro que aún no ha llegado.

El Barín lo abrirían a las 10:30 según me comentó un paisano que estaba con algunos aperos en una granja ganadera, de vacas lecheras, a pocos metros del bar. A menos veinticinco ha abierto Gloria, que así se llama quien atiende la barra, la cocina y el registro del albergue a esas horas. Lo primero ha sido registrarme auto rellenando el formulario, sellarme la credencial, pagar los siete euros del albergue más los tres de la sábana de usar y tirar… TRES EURAZOS!!!

Después, mientras hacía tiempo para que me diesen la llave de albergue, algo que está estipulado sea a las 13:00 horas, pues he aprovechado para almorzar algo… un bocadillo de bonito en aceite con tomate natural y un tercio de estrella para ayudar a bajarlo. 

Mientras daba buena cuenta del bocadillo, han empezado a aparecer peregrinos. Unos paraban otro no, los que lo hacían era para tomar algo, sellar la credencial y luego continuar dirección Pola, la mayoría, otros para llegar a alguna de las opciones más cercanas. En los primeros momentos, solo uno de los peregrinos, de nombre Jean y origen desconocido aún, se ha registrado para ser compañero del albergue municipal esta noche. También han pasado Anna e Ivanka, ellas habían parado en Campiello a tomar un café según me comentó por whatsapp Anna, ya que me había separado de ellas definitivamente un poco antes de llegar a Villaluz, momento en que el sol empezaba a coger altura y la carretera hacía algo monótono el Camino, aunque pudiendo gozar en todo momento de unas vistas espectaculares. Ellas van hoy a Pola de Allende, donde les llegaban sus mochilas. Que es un servicio cómodo y siempre respetable, sea por lesión o por decisión, pero que condiciona inevitablemente a tener que llegar a ese punto, sin poder improvisar otra opción… el móvil en el Camino es muy importante, pero todos los enseres o bártulos que llevamos en la mochila lo son aún más.

Al poco de acabar mi almuerzo, justo cuando me daba un paseo hasta la barra, para hacer tiempo, bueno y para pedir otra Estrella de Galicia que acabase de empujar los últimos dos bocados, llegaba Javi, mi compañero de sendero y conversación durante un tramo en la segunda jornada (Grado – Salas), llegaba con otro peregrino, gaditano, con más experiencia y kilómetros en el Camino que un tacógrafo… a una sesenta y nueve años se gasta un ritmo caminando, sobre cualquier perfil y superficie, que ya lo quisiéramos muchos con quince años menos…

Javi se queda aquí, tiene cama reservada desde hace tiempo en el albergue privado La Montera. Antonio, el Gaditano tira hasta La Pola de Allende y sube desde allí al Puerto de Palos, el itinerario de Hospitales ya lo conoce, este es su tercer Primitivo… un hombre que ha caminado dos veces el Camino de La plata, una desde Cádiz y otra desde Sevilla, además de otros muchos, tiene licencia o bula papal para hacer el Camino como quiera, cuando quiera y por donde quiera… solo había que ver la cara de alegría de Gloria cuando lo ha visto entrar, obviamente lo ha reconocido, Antonio no pasa desapercibido allá por donde va… Cuando se ha despedido, ha sido dejando claro que volverá, y que lo hará con su hijo… que tienen pendiente hacer el Primitivo juntos. Antes de salir, Antonio ha estrechado la mano de los que por allí estábamos y le ha regalado un par de gentiles halagos a gloria, de esos que ni a la más radical debería tentarla a interponer demanda…

He sido un afortunado, además de tratar brevemente con Antonio, he sigo agraciado con el premio a poder recoger la llave del albergue antes de la hora prevista… Antes de las doce y media me daba Gloria la llave de albergue y me dirigía caminando, por la opción de la carretera, la otra era desandar el sendero del Camino, que ya conocía, prefería “conocer rutas nuevas”.

Cuando hemos entrado, Jean y yo al albergue, mis sospechas se han confirmado… ¡menuda mierda! El pero con diferencia de todos los que he estado en todos mis caminos. Cuesta siete euros, pero no vale ni tres. Si tuviera que dar la voluntad tendría dudas de si dejar algo en el cajón…

El albergue de Grado, por ejemplo, es de donativo. Dentro de lo modesto que es, es un establecimiento que se ve tiene un mantenimiento diario, con detalles de mayor o menor gusto, pero cuidado y con el objetivo de ser no solo refugio para que los peregrinos hagan noche, sino para que se encuentren cómodos durante la estancia y disfruten del descanso. Este albergue tiene menos mantenimiento que el cortafríos de un albañil. Todo se reduce a una habitación con ocho literas dobles y ¡una triple! Que el que duerma arriba tendría más movilidad en un nicho. Un hall de entrada con una mesa de 80×80 de madera repintada en negro y con tres sillas de hierro y madera de formíca que por suerte retiraron del comercio en los años setenta. Dos baños, uno por sexo, con un inodoro y un plato de ducha en cada uno de ellos. Eso es todo! Fuera hay un tendedero plegable y una estantería desvencijada para dejar las zapatillas… ah! Se me olvidaba. El agua del gripo, de la ducha, el lavabo o un grifo que hay fuera, según me dijo gloria es potable pero sabe… sabe tuberías, es que son muy viejitas dan sabor… y quizá algo más que sabor al estomago o intestino…. Por supuesto no hay wifi. Bastante es que hay luz y algún enchufe.

He comido con Javi en el único bar que hay en Borres, El Barín de Borres, ya sabéis, y en el tendré que cenar algo, al igual que los peregrinos que se acojan en el albergue privado, que está lleno y tiene capacidad para diez personas,, más los diecinueve que vamos a ser aquí, porque siguen llegando peregrinos, pues veintinueve personas… diez a 15€ en el privado, completo a diario, más diecinueve en público a 7€, más menús a 12€ con plato único, Pote de menestra de verduras de primero y tortilla de patata con ensalada de tomate de segundo, con vino y gaseosa, más café o postre, de comida y de cena, el menú es el mismo para comer que para cenar, y supongo que sin mucha variación entre semana, el corte que lo anuncia tiene pinta de llevar colgado un tiempo… digamos que es una manera de ahorrar en folios y tinta de la impresora.

En fin que es lo que hay cuando no tienes alternativa ni competencia… esto es algo así como un monopolio por que el que he de pasar, el precio que tengo que pagar, si quiero mañana disfrutar de la ruta por Hospitales. Seguro que mañana, cuando este en ello, no me acordare de este abuso y mal trato al peregrino, porque encima hay que escuchar como he escuchado cuando he preguntado si había alguna otra opción para comer, otro bar, y me ha dicho esto es lo que hay, y da gracias…

Y así lo hago, a pies juntillas, doy gracias por tener un techo, una cama, inodoro y ducha, siempre podría ser peor y tener que tirar de letrina, pero a parte de dar las gracias, antes y después de pagar, es algo que me enseño mi madre, ser educado y agradecido, lo dejo por escrito por si le puede servir a alguien que lo pueda leer, para tomar una decisión y que valore si le merece la pena esto para coger esta ruta, o prefiere hacer como hacen muchos, ir por Pola y en otras condiciones… además, lo escribo con la ingenua esperanza de que pudiera llegar a oídos de alguien que además de hacer negocio con los peregrinos, pusiera un poquito de interés para tratarlos bien, modestamente, pero con unos mínimos de confort que haga mínimamente agradable la estancia y garde un buen recuerdo de Borres, sin recurrir la desagradable define ación de… una mierda.

Y hasta aquí lo de hoy, crónica distinta a las habituales, pero esto es el Camino v estas son mis vivencias, como decía seguro que mañana, cuando disfrute de la travesía, todo esto pasará al oscuro cajón del olvido… pero eso será ya mañana, porque mañana… mañana más!

#BuenCamino