Camino Portugués · 2ª jornada
2ª jornada Camino Portugués 2025
Vilarinho – Barcelos
DOMINGO
Esta segunda jornada ha sido muy diferente de la primera, destacando sin lugar a dudas los entornos, los paisajes, más rurales, con encanto, alguno incluso de los idealizados a encontrar en el Camino.
Por contra hoy a penas he coincidido con lugareños, pero si he coincidido con varios peregrinos. Desde poco antes de las diez, justo antes de llegar a Pedra Jurada, he empezado a divisar, delante de mi, a parejas dispersas de peregrinos cada cierto tiempo, que no necesariamente algo negativo, pero no es lo mismo disfrutar del camino en exclusiva, del murmullo del entorno solo roto por tu huella acústica propia al pasar, únicamente la pisada y el golpe acompasado del bordón contra el suelo, que escuchar pasos ájenos cercanos o ininteligibles conversaciones que rompen el encanto sonoro del camino. Vamos que si, que soy un poco egoistón y me encanta disfrutar del Camino todito todo para mi.
Si la primera noche dormí como un bebe, esta segunda ha sido todo lo contrario. Es verdad que me acoste tarde, no mucho, pero si pasadas las diez. El hecho de estar solo en la “habitación triple”, me permitía tomarme ciertas licencias ya que no molestaba a nadie.
Sobre las tres y pico de la tarde, mientras escribía frente a la piscina, vi llegar a una pareja que a media distancia, me parecieron latinos. El portaba a su espalda una mochila grande, del estilo a la mía, y en la parte delantera sobrellevaba otra similar, que ya había visto a la entrada de la casa cuando llegue, y que a todas luces había sido entregada por una de las agencias de traslado de equipaje que operan en todos los Caminos, portando mochilas o trolleys de un alojamiento a otro. Su acompañante, una mujer de corta estatura, llevaba una pequeña mochila de travesía colgando de los hombros y bastones de caminar, en los que se apoyaba con ambas manos mientras caminaba por el lateral de la piscina, delante de su compañero, siguiendo los pasos del anfitrión hospitalero. Eso, junto con verles entrar en la habitación que yo ocupaba, fue todo lo que vi de ellos. Yo seguí a lo mío, absorto en mi escritura, dando por hecho que aquellos iban a ser mis compañeros de “apartamento”.
Bastante antes, cuando llevaría poco más de media hora escribiendo, me senté a ello sobre las 13:45, fui también testigo de la llegada de los ocupantes del otro cuarto, la habitación doble de uso individual que según me había dicho el “recepcionista” y propietario del “complejo”, compartía el único baño. Y no eran dos, sino tres los ocupantes que iban a compartir habitación y baño. Eran dos mujeres y un hombre, no puedo asegurar su nacionalidad, pero apostaría cincuenta céntimos, no más, a que eran germanos, por decir algo… lo que seguro que no eran es españoles, latinos, o lusos… opino por opinar y desde la distancia que me separaba mi rincón de escritura con la terracita que había en frente y que servia también de acceso a mi estancia. Mientras estuve escribiendo y luego, cuando me di un baño, ellos estuvieron allí sentados, bebiendo lo que me parecía caldo de cerveza, se apretaron varias botellas que se veían sobre la mesa expuestas al sol, y echando de vez en cuando algún pitillo.
Al rededor de las 17:00 hice una pausa en la escritura y fui a la habitación para dejar el ordenador y coger el pareo para darme un baño en la piscina. Mi sorpresa fue comprobar que nadie se había instalado en la habitación, todo estaba tal cual lo había dejado. Haba visto llegar a aquella pareja y entrar en la habitación, pero no los había visto salir y era evidente que allí no se habían alojado. Lo que estaba claro era una cosa… mi capacidad de aislarme y evadirme de todo lo que me rodea cuando estoy a lo mio. No me había enterado. Los había visto pasar, subir y entrar, pero no los había visto bajar, pasar y salir junto a mi. Alucino. Que maravilla. Me encanta.
Después del baño en la piscina me acerque al supermercado cercano para mover un poco las piernas y para ver si encontraba algo que me sedujese para acompañar al chorizo, el jamón y el pan. Mi única compra fue un plátano, además de aprovechar para tomar un café, que tuve intención de pedir descafeinado, pero que solo fue la intención, lo pedí normal y así me lo tome.
Media vuelta y de nuevo a la casa de acogida familia Vidal para seguir escribiendo un rato en el mismo sitio donde había estado. En aquel ratito los inquilinos de al lado habían recogido su chiringuito de la terraza y habían desaparecido. Supuse que se habrían ido a buscar algún sitio para cenar o para seguir tomando caldo de cebada, aunque yo no me los había cruzado.
Estuve escribiendo y poco antes de las ocho me subí a la habitación para enchufar el portátil, cambiar de postura, e ir acabando y releyendo para intentar corregir erratas, así como para seleccionar las fotos a subir a rrss. Al poco de estar ya a mis cosas en la habitación, con la puerta cerrada y dando por hecho que iba a poder disfrutar del mini lotf para mi solo, escuche llegar a los tildados como germanos, no fueron ruidosos, solo les sentí llegar y a través de la puerta interior que daba acceso al hall del baño y que separaba ambas habitaciones.
Poco después se hizo el silencio en la habitación de lado, yo acabe mis quehaceres relativos al post diario, prepare las cosas necesarias del día siguiente y tras pasar por el baño; he de decir que estaba en perfectas condiciones. Solo una bolsa de plástico transparente con unos cepillos de dientes y un dentífrico, ajenos, eran la muestra de que había alguien más usándolo. Me metí en la cama para dormir y descansar, que hoy había una jornada de más de 25 km por delante.
Lo de dormir me costo bastante. La ultima vez que miré le reloj eran las 00:13. Podría achacárselo al café expreso que me había tomado por la tarde, aunque no tengo claro que el café me quite el sueño, en alguna ocasión ncluso por la noche cuando me enredo echando un mus en Albares, y me voy a la cama y duermo a pierna suelta en cuanto me encamo. Más bien fue la tensión que me generó el puñetero mosquito que me visito nada más apagar la luz y que perfectamente pude escuchar, sin audífonos, haciendo vuelo rasante cual avioneta fumigando unos campos de maíz. Que turra me ha dado el puñetero mosquito. Me levante un par de veces para intentar localizarlo y exterminarlo, pero con la pobre y lúgubre luz y la cantidad de cacharritos que había allí, encontrar al mosquito era misión imposible. Opte por taparme por completo con la sabana, cabeza incluida. Pero al instante me cocía y asfixiaba, por lo que probé a dejar solo un poco la cabeza fuera… le oía volar cerca de mi, intuía que me acabaría picando en cuanto que me quedase dormido, si no antes… en fin que no sé cuando me dormí, pero serían cerca de las doce y media. Cuando me desperté la primera vez, pasadas las cuatro, me pareció sentir que tenia algún picotazo en la frente, pero el cansancio me podía e hice por ignorarlo, volviéndome a tapar con la sábana Intentar protegerme. A las cinco y media me he levantado porque había pensado salir sobre las seis. Cuando he ido al baño he visto el rastro que me ha dejado el puñetero mosquito, el párpado del ojo derecho un poco inflamado. Poca cosa para el tostón que me ha dado y la nochecita que me ha hecho pasar.
Después de las rutinas diarias de primera hora, ya con la mochila a los hombros, bien ajustada a la cintura y el pecho, con el bordón en la mano, salía de allí, cerraba la puerta por fuera y después de hacerme la autofoto y enviársela a la familia, comenzaba esta segunda jornada, con el objetivo de disfrutar caminando hasta llegar a Barcelos.
Y vaya si lo he hecho! Muy pronto, cuando solo llevaba veinte minutos caminando, tras abandonar una recta y larga carretera en al que me ha depositado la calle por la que salía de Vilarinho, he tomado un camino que descendía y me llevaba, sin poderlo imaginar, a uno de esos rincones mágico que hay en el Camino y que a cualquier hora tienen un encanto especial, pero que en las primeras horas del día, cuando solo se oyen el trino y gorjeo de los pájaros y el discurrir del agua, con el sol aún sin fuerza, despertando, pero bien definido, que parece la yema de huevo tras esa bruma que se mece algunas mañanas sobre el curso de los rios, hacen que el momento sea una bendición, la mejor forma de afrontar la nueva jornada. He estado allí, mirando embobado y emocionado, deleitándome unos minutos, disfrutando al máximo de toda la belleza que tenia frente a mi. He grabado video y hecho fotos, que después he compartido con mí gente, pero esas imágenes, fijas o en movimiento, por muy buena que se la óptica, no recogen plenamente el regalo que es poder disfrutar de aquello en ese momento.
Me hubiera quedado allí más tiempo pero la jornada no había hecho nada más que empezar y por delante tenía algo más de 27 kilómetros y, aunque la temperatura era maravillosa, suponía que, según fuera amarilleando y ascendiendo el sol, hoy iba a hacer calor, como así ha sido.
Hoy he coincidido con bastantes peregrinos, casi todos con el mismo perfil… guiris, en pareja, maduiritos de más de 65, 70 e incluso diría que 75, altos, más bien finos, con paso lento y carga ligera, todos llevaban mochila de travesía, el equipaje había sido confiado a alguna de las distintas empresas de transporte. Por donde he empezado a verlos y siendo las horas que eran, seguramente estén haciendo jornadas más cortas, he supuesto que unos abrían hecho noche en San Pedro de Rates y otros en Pedra Furada, de este modo, los primeros posiblemente hagan también noche en Barcelos, y la jornada será de unos 16 km, y los segundos quizá vayan hasta Portela, con lo que será aproximadamente la misma distancia, y que creo es la distancia idónea para no forzar en exceso la máquina con ciertas edades,
A las 11:45 llegaba al alojamiento de hoy en Barcelos, un Hostel moderno que parece haber sido producto de una reconversión de lo que en su día fue un hotelito pequeño, normal, de tres plantas, con habitaciones dobles e individuales en incluso alguna suit, y que ahora, tras la funcional remodelación, en cada habitación han metido una serie de literas, bien compartimentadas, y que multiplica por 6 u 8 su capacidad anterior. Por ejemplo, yo estoy en la 3ª planta, en la habitación 10, en la cama 106. En mi habitación hay cuatro literas, ocho camas y un solo baño. Por el tamaño de la habitación y del baño, bien podría haber sido anteriormente una suit junior… enfrente de esta habitación, en el otro ala, está la habitación 11, y tiene pinta de ser exactamente igual. No sé la capacidad que tiene, pero echando cálculos puede ser de aproximadamente 60 personas. Buen negocio esto del Camino en temporada alta,
Hoy es domingo, y aquí también es festivo, pero aquí parece que de verdad. Ni un comercio ni negocio abierto he visto, es más, ningún bar o cafetería abierto hasta legar a Pedro Furado, justo cuando acaban de dar las 10 de la mañana. Precisamente hoy que quería encontrar un sitio abierto para comprar agua porque la botella que llevo la llene en el grifo de la familia Vidal y, además de nos estar muy fría, era bastante áspera, dura y con cierto sabor. Por supuesto que he ido bebiendo de ella, pero quería comprar para no ir justo d agua ya hacia calor y sabia que iba a necesitar beber algo más del litro que llevaba. He comprado una botella grande en la primera cafetería que he visto abierto y que estaba repleto de peregrinos que parecía habían dormido allí mismo, o en los albergues cercanos (hay varios en ese pueblo). Lo que no me ha parecido es que hubiese lugareños. Las dos señoras que estaban atendiendo el local en ese momento, sin duda estaban haciendo buen negocio, yo he pedido la botella grande de agua fría, la he pagado y después de vaciar en la calle la que llevaba, la he rellenado con la nueva y he vuelto a retomar el Camino. La botella me ha costado 2,25€, no me ha parecido caro, pero tampoco barato, digamos que era un precio “turístico”, para estar en Portugal.
Al llegar a destino, tras hacerme la foto de rigor en la puerta de Hostel, he llamado a la puerta y podido dejar la mochila y el bordón, para irme ligero a comer y para hacer tiempo, porque el check in no se puede hacer hasta las 15:00… tres horas haciendo tiempo!!!!
Después de estirar un poco en la puerta, me he ido a comer en un sitio que habita localizado previamente en google, Rte. Furna JAP, un lujo de sitio… súper bien. He pedio un plato de ternera guisada con guisantes, verdura y patatas fritas, con arroz blanco de guarnición, que estaba muy rico. La ración, además, era algo más que generosa. Para beber una caneca de cerveja, que he tenido que volver a pedir porque se me ha terminado muy pronto. He pagado 15,20€, 10 por el plato y 5,20 por las dos cervezas. Me ha parecido el precio justo. Y después de desayunar-almorzar-comer, me he ido a dar un paseito, a tumbarme un rato en un banco de piedra de un parque. Después a tomar un café y un pasteis de nata, y aprovechar para ver la segunda parte del partido Gerona – Atletico de Madrid. De este modo he hecho tiempo y a las tres he entrado en el Hostel, me he pegado la merecida ducha, organizado el equipaje y me he instalado en la habitación, para después ponerme a escribir en la entreplanta del hotel, en un rinconcito muy mono y curioso ya que el suelo es de cristal y parece estal flotando, a la vez que permite ver la zona de cafetería que hay en la planta baja.
Cuando llevaba diez minutos escribiendo, un sopor se ha apoderado por completo de mi y he tenido que irme a la cama a dormir un ratito. Ha sido poco más de media hora, pero me ha venido de maravilla. Sin duda el sueño me ha sido reparador y ha dado el descanso que necesitaba, pero no me ha traído la inspiración… hoy ha sido un texto que destaque por nada eme particular ni especial, quizá sea porque es domingo y estoy en Portugal, y aquí los domingos, aunque se llaman también así, son feriados de verdad, aun siendo el único día de la semana que no va acompañado de feira (juego forzado de palabras)… en portugués de lunes a sábado el día de la semana va seguido de “-feira”, Por ejemplo, lunes es Segunda-feira… pero eso será ya mañana, porque mañana… mañana más!
#BuenCamino